Alguien habló un día acerca de la libertad…
Tal era su naturaleza, que el sólo hecho de escucharla infundía valor y esperanza en todas las personas, desatando sin temor las más fantásticas cualidades que habitan en todos y cada uno de nosotros.
Su energía estremecía los corazones.
Las mentes bullían extasiadas, explotando en maravillosas manifestaciones de creatividad.
Los duros grilletes de la ignorancia y la flaqueza yacían resquebrajados y oxidados, incapaces de subyugar la incontenible potencia humana.
Ese día la humanidad fue capaz de comprender algo que se había mantenido oculto durante demasiado tiempo y por fin, osamos mirar de frente al destino, dispuestos a luchar y avanzar con esperanza.
Entonces la Tierra, invariable en su eterna revolución alrededor del Sol, se estremeció.
Hoy día todo esto se ha perdido. Su noción se nos muestra compleja y difusa; consumida, desgastada, sin significado real. Una abstracción antigua que no logramos comprender. Ha perdido toda su belleza y su poder transformador.
En las pisoteadas arenas de nuestro tiempo, la presión y los intereses más mezquinos arremeten con fuerza a todos, presionando al individuo, castigándolo y forzándole a seguir la inercia. Soplan vientos extraños. Permanecemos constantemente alerta a la espera de que algún acontecimiento haga desaparecer esa sensación extraña que instintivamente intuimos.
No hay tiempo para pensar.
No hay tiempo para actuar.
No hay tiempo para soñar…
Sin darnos cuenta, todos nosotros, dóciles, heridos, conformes, asustados…hemos abandonado la libertad en la cobardía de nuestro resignado silencio.
Asistimos al drama del consentimiento: pensamos lo que quieren que pensemos, hacemos lo que quieren que hagamos.
Pero el ser humano es fascinantemente increíble. Cuando todo parece estar perdido y la adversidad es insoportable, sintiéndose exhausto y desesperado, ahogado por la oscuridad…Entonces, inexplicablemente... ¡logra levantarse para luchar y vencer!
Esas personas, somos todos nosotros.
Todos nos vemos abocados a deslizarnos por las inmisericordes zarzas de la vida. Están allí y nos mantendrán esclavizados a no ser que estemos resueltos a sentir el dolor de apartarlas con nuestras propias manos, apretando con fuerza. Y por si fuera poco, quizá más duro sea ver como otras personas guiadas por el desprecio y el interés, hacen de esta tarea un esfuerzo agotador hasta el sacrificio.
Debemos aceptarlo. La vida es dura e injusta, capaz de arrebatarnos aquello que más deseamos. Las religiones a lo largo de la historia han intentado consolarnos de esta dura realidad. Sin embargo, en este momento crucial, nos hemos perdido por el camino y junto a la superación de la moralidad religiosa hemos olvidado la necesidad de forjar nuestros propios y auténticos valores y creencias, que llenen el vacío interior, que nos ayuden a orientarnos en la vida hacia el firmamento de nuestros sueños.
En esencia, lo que comprendieron aquellos maravillosos hombres, el secreto que redescubrieron todas aquellas personas que cada uno, en su intimidad, toma como ejemplo para motivarse a seguir…
Aquello, lo más preciado, la mayor riqueza, el tesoro infinito que embellece el fugaz destello de nuestra vida es…
¡La libertad de poder luchar por nuestros sueños!
La libertad de decir basta.
La libertad para decidir y actuar.
La libertad de soñar y luchar.
De sacrificarnos y entregarnos a esta fascinante empresa, juntos y unidos, respetando a los demás y sobretodo respetándonos a nosotros mismos.
Si quieres formar parte de esta gesta, de pisar fuerte para que mañana alguien vea tu huella y le inspire, has de luchar por tus sueños. De lo contrario, lo único que puedes esperar es ver como tu vida se va apagando inevitablemente mientras aguantas ser pisoteado una y otra y otra vez por la vida y por los demás.
¡No tengas miedo, avanza, actúa, lucha por tus sueños!
La dignidad, el honor, la nobleza, la lealtad, el amor, la paz, la felicidad, la intensidad de los momentos vividos, de los recuerdos preciados y de todo lo que queda por vivir. Todo lo que hay de bueno en el mundo y hace maravillosa la vida es resultado de la determinación eterna de aquellas personas que, humildemente, han decidido perseverar en su propia lucha interna para trascender el mundo externo viviendo en la libertad de sus sueños realizados.
¡Esto es la vida, todo lo que tenemos! Y lo demás solo es polvo y aire.
Gracias de antemano...
1 comentario:
Espero que te lo tomes sin acritud (como dirian los del pitodoble) txema, pero me lo he leido 5 veces y aun no se de que va. Si, malgo de la libertad, pero no le encuentro un hilo conductor, un eje tematico que vertebre la narracion. Lo veo mas como ideas sueltas inconexas que no ayudan al lector a seguir de manera sencilla el texto. Ademas no acabo de entender eso de la humanidad comprendiendo y la tierra estremecida. Aunque la verdad es que el texto esta entretenido, aunque alomejor podrias haber planteado dos acontecimientos que cumplen cifras redondas este año. La guerra de 1808 y el mayo del 68, libertad de un pueblo y y de los ideales estudiantiles.
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